lunes, 7 de julio de 2025

Prólogo

 La autoridad religiosa en su esencia es una construcción humana investida de autoridad divina y no precisamente otorgada por Dios Supremo. Así como imaginamos a dios a imagen y semejanza nuestra, así como hemos humanizado a un dios creador, hemos divinizado a una figura humana y le hemos cedido el poder interior que todos poseemos.

Ha sido un largo proceso desde que un grupo de apóstoles tergiversó el mensaje de Jesús de Nazaret y en nombre de él propiciaron la erección de una iglesia en vez de crear una filosofía sin templos en torno a su mensaje. Ellos fundaron una institución imposible de eternizar, pero ésta hizo todo cuanto pudo para silenciar las voces disidentes.

La oposición a la iglesia comenzó desde su instauración debido a la división de opinión entre dos bandos surgidos del grupo de apóstoles, los cuales se encaminaron en direcciones opuestas según la opinión que se formaron en el tiempo vivido con Jesús.

El bando mayoritario y dominante estaba conformado por Pedro, su hermano Andrés, Santiago Zebedeo, Mateo Leví, Juan Zebedeo y Felipe; y el bando minoritario lo integraron Bartolomé, Tomás y Simón el Zelota, mientras los otros tres se mantuvieron al margen de toda actividad apostólica.

El bando mayor abocado a la figura y ejemplo de Jesús. por cuenta del suceso de la resurrección se impuso sobre el bando menor enfocado en el mensaje del Maestro y así, para infortunio o para el aprendizaje de la humanidad, ésta vivió por los siglos de los siglos bajo el yugo de una iglesia.

La humanidad tuvo que someterse a un grupo de creyentes en la figura de Jesús y no al amparo de su mensaje acerca de la verdadera naturaleza del Padre y así, de la mano de Pablo de Tarso y de Grecia surgió una iglesia en torno a la glorificación del mensajero y no del mensaje.

Jesús de Nazaret no fundó una religión ni precisaba de recintos sagrados ni de libros ni de sacerdotes. Su misión nada tenía que ver con estructuras, tradiciones, dogmas, leyes ni intermediarios, pero la humanidad estaba lista solo para la dura y trágica experiencia que ayudó a estructurar.

En oposición a la senda marcada por el bando mayoritario de apóstoles y Pablo de Tarso, surgieron grupos cristianos gnósticos catalogados de “herejes”, hasta que en el siglo XVII contra todo el ímpetu y el poder arrasador de la iglesia nació aquel hombre que marcó el comienzo del fin de la impunidad, la codicia, la maldad y la falta de escrúpulos de un ente que barrió y trapeó con la dignidad humana y arrodilló a sus ovejas a través de la política del miedo.

Baruch Espinoza, nacido en Ámsterdam en el seno de una familia judía que huyó de la persecución religiosa en la península ibérica, a partir de las contradicciones de los textos sagrados comenzó a hacer preguntas incómodas y planteamientos concluyentes que lo pusieron en la mira de las autoridades religiosas y en ruta de la excomulgación por poner en duda la sacralidad de la biblia a la que definió como recuento histórico y político sin inspiración divina.

Rechazado por su comunidad y abandonado por la familia y los amigos, encontró en ello la necesaria libertad para sanar de toda restricción dogmática e inspirarse, lo que le permitió desarrollar el sistema filosófico que sacudió las bases del pensamiento occidental, ¡enhorabuena!

Índice

 Prólogo

Dos personajes y un solo plan

Ironía o metáfora

El libre albedrío

El determinismo

Milagros y revelaciones

La iglesia católica

El Dios de Espinoza

El Renacimiento

La Revolución Científica

La Ilustración

El caos de las religiones

La verdadera cara de la biblia

Antecesores de Espinoza

Erasmo de Rotterdam

Nicolás Copérnico

Giordano Bruno

Galileo Galilei

Johannes Kepler

René Descartes

Sucesores de Espinoza

Isaac Newton

Gottfried Leibniz

Voltaire

Jean Jacques Rousseau

Denis Diderot

Albert Einstein

Algunos aportes de Espinoza

El tratado teológico político

Crítica bíblica histórica

La revelación del monte Sinaí

Los diez mandamientos

Adán y Eva

El arca de Noé

Sodoma y Gomorra

El geómetra de la ética

La hermandad de la razón

El hueso duro de roer

El frente griego

La labor de Pablo

Jesús versus Pablo

Baruch versus Pablo

El juicio contra Pablo

El juicio contra Baruch

La montaña rusa eclesiástica

El concilio de Nicea

Los caballeros templarios

La reforma protestante

La santa inquisición

Los rollos del mar Muerto

La persecución a Baruch

Voces acalladas y encubiertas

La cristiandad en femenino

Manuscritos de Nag Hammadi

Los evangelios apócrifos

El evangelio apócrifo de Tomás

Los Merovingios

El priorato de Sion

Los providenciales custodios

Los cabos sueltos de la historia

Baruch en presente

Los cinco pilares del dogma

La vida sin un por qué

La inmortalidad del alma

Oraciones por los difuntos

El plan de las almas

La consciencia no es esclava

Jesús en presente

Rituales de Jesús de Nazaret

Cronología de la crucifixión

El juicio final de la humanidad

Jesús de Nazaret en Los Andes

El papel de Jesús en la iglesia

El destino final de Jesús

Epílogo

Prólogo

  La autoridad religiosa en su esencia es una construcción humana investida de autoridad divina y no precisamente otorgada por Dios Supremo....